06. Mundo medieval - Arte y vida medieval
La edad media ¿Qué conocemos?
Cuando pensamos en la antigüedad, nuestra mente normalmente se sitúa en 3 etapas, la prehistoria, los romanos, pero sobre todo en la edad media. Y es por eso que de esta última creemos conocer más cosas, pero bien es verdad que la edad media es muy amplia y diversa.
Y es que la edad media es tan amplia que se conocen varias etapas en ella como puede ser la antigua edad media o la nueva edad media. Es tan grande el periodo de tiempo que abarcó esta época, que se puede decir que no empezó ni acabó en todos los lugares a la misma vez. Cuando hablamos de edad media, lo primero que pensamos es en castillos robustos con grandes portones y por supuesto un imponente foso. Sí, es verdad que esa es la edad media más conocida, pero quizás no sea la que se vivió en la zona donde vives hoy día. Esta imagen se debe a lo que nos han vendido en el cine. Pero es ahí donde también podemos ver que la edad media no solo era esa arquitectura y costumbres. Sin ir más lejos, en la serie de Isabel, a la misma vez que se podían ver estos castillos con pasillos sobrios y tapices de escudos de armas colgados en las cortes del norte de España. También se podía observar la edad media del sur de la península, donde por un tiempo estuvieron los almohades. Influencia que más tarde, cuando esa tierra fuera conquistada por los Reyes Católicos, seguiría vigente en su arquitectura, costumbres e incluso en el habla, quedando muchas de las palabras que los almohades utilizaban en nuestro día a día.
Volviendo al principio, es verdad que lo que más reconocemos de la edad media son los castillos y todo lo que rodeaba a estos. Y es que eran construcciones imponentes, robustas y sobrias, donde su decoración era muy característica. Cuando pensamos en un castillo medieval empezamos por su fachada de roca gris. Una vez empezamos a adentrarnos en el castillo de nuestra mente, nos encontramos con su foso y por supuesto con su imponente puerta de madera oscura y sus características bisagras negras de forja. ¿Y qué es lo fundamental para entrar en cualquier sitio? Una llave. Esa gran llave medieval del mismo color que las bisagras, hecha de hierro y de una forma ovalada. Una vez nos adentramos en el castillo nos imaginamos pasillos de una sobriedad absoluta solo decorados con candelabros y tapices hechos con las famosas ruedas de tejer medievales. Como curiosidad, nombrar la rueda de tejer más conocida en la ficción es la que hizo que la bella durmiente cayera en su profundo sueño. Y para terminar, en nuestra visita imaginaria a un castillo, nos quedan dos partes fundamentales en la historia medieval.
Una de ellas es el salón del trono o recepción, una habitación grande y un poco menos sobria que los pasillos. Aquí era donde la corte exponía su riqueza, quizás la habitación más iluminada del castillo y sin duda donde se mostraban los mejores tapices, entre los que se encontraba el tapiz con el escudo de ese reino. Habitación rematada con una alfombra que iba desde la puerta de entrada hasta el trono.
La otra parte, sin duda es la más tenebrosa, las mazmorras y salas de tortura, que cómo no, nos la imaginamos en el subsuelo. Y es que no hay que olvidar que en la edad media en Europa surgieron persecuciones y masacres de carácter religioso. En nuestro país, España, al ser por esa época el centro del mundo, teníamos quizás una de las organizaciones a las que se les atribuyen grandes atrocidades y métodos de tortura. Esta organización no era otra que “La Santa Inquisición”.
Una vez situados un poco en lo que era los aspectos más característicos de esta época, no dudes en echar un vistazo en nuestra web a las antigüedades y recreaciones que tenemos sobre la época.