Carpinteros - Ebanistas
El arte de la madera y las Antigüedades
Siempre se ha conocido y reconocido la profesión de carpintero, desde el principio de la religión católica, donde la figura del padre del mesías, Jesús, era carpintero. Pero hay una derivación de la carpintería que es considerada arte y fue muy valorada en los siglos de oro de nuestra historia, no es otra que la profesión de ebanista.
El oficio de ebanista no es muy conocido, pero la obra de estos artesanos está más presente en nuestro día a día de lo que puedas llegar a pensar. El ejemplo más claro que podemos encontrar es cuando visitas una iglesia, los altares dorados en los que se ven todas las imágenes divinas, pues eso está hecho por ebanistas y tallistas. Sin dejar el ámbito religioso, también podemos ver su obra en la semana santa. Acompañado de los tallistas, son los autores de prácticamente todos los tronos o pasos de la semana santa española.
Pero dejando de un lado la religión, quizás la mayor presencia del trabajo de los ebanistas aparece en las altas noblezas de la antigüedad, sobre todo en la época del renacimiento. Estos maestros artesanos eran los artífices de todos los muebles presentes en los palacios y castillos. Era tan importante su trabajo y categoría, que muchas de las monarquías contaban con uno o más ebanistas en su séquito.
Por su lado, los carpinteros se dedicaban más especialmente a la construcción de estructuras, por ejemplo la estructura de una casa de campo, de un cuartillo de caza o simplemente los tablados o templetes donde se situaban los tronos para las recepciones.
Otra labor importante de los carpinteros y los ebanistas, era la realización del transporte marítimo. Barcos o barcazas, incluso puentes de madera, como el famoso puente de barcas que existió en la Sevilla considerada capital del mundo (Siglo XV-XVII). Como curiosidad, ese puente de barcas fue sustituido por el puente de Isabel II también conocido popularmente en la actualidad, como el puente de Triana. En la fabricación de los barcos, los carpinteros se encargaban de la estructura y los ebanistas de la ornamentación. Un ejemplo de estos barcos y su distinción, se puede ver claramente en el cine, en películas como “Piratas del caribe”. Donde se diferencian los barcos elegantes y elaborados de la armada y nobles, con los barcos demacrados de los piratas y maleantes.
A pesar de ser unos oficios que durante gran parte de la historia fueron de una enorme consideración, los utensilios que manejaban para el desarrollo de su profesión no parecían ser muy sofisticados. Y es que lo que diferenciaba a esta profesión, lo más importante, era la técnica. No estaba al alcance de todos tener un manejo exquisito de algunos instrumentos como los formones.
Volviendo un poco a la actualidad, hoy día el trabajo de un carpintero o un ebanista como se conocían en la antigüedad, se ha visto limitado por el desarrollo industrial en la elaboración de mobiliario. La producción en cadena ha abaratado costes y ha desplazado a estas profesiones, las cuales han tenido que reinventarse. Hoy día es muy común encontrar a carpinteros trabajando en la industria del cine y televisión, ya que son los encargados del montaje de multitud de decorados, ambientaciones, escenario y platós.
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