El pintor de la luz, Joaquín Sorolla.
Su nombre completo era Joaquín Sorolla y Bastida, aunque es más conocido como Sorolla. Se le conoce como el autor de la luz y es que sus cuadros desprenden luz con cada pincelada. Y no es extraño porque Sorolla nació y vivió, la mayor parte de su vida, en Valencia y por tanto la luminosidad era protagonista en su día a día.
¿Quién era Joaquín Sorolla?
Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) es uno de los pintores españoles más reconocidos tanto a nivel nacional como internacional. Su estilo dentro del arte contemporáneo variaba entre el realismo y el impresionismo.
Sorolla demostró sus dotes con el dibujo y la pintura a una edad temprana. Tanto es así que al terminar su formación preliminar comenzó sus estudios en la conocida Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Pero el pintor también aprendió el oficio de la cerrajería junto con su tío, José Piqueras. Con él se quedó cuando sus padres fallecieron en 1865, quedándose huérfano con apenas dos años de vida.
Dos décadas después, en 1888, fue ayudante del fotógrafo Antonio García Pérez. El tiempo y la casualidad hicieron que se enamorara de la hija de éste y se convirtiera en su mujer. En el plano profesional Joaquín Sorolla realizaba viajes continuamente a Madrid en los que se ocupaba de copiar cuadros de grandes pintores como Velázquez o El Greco.
El pintor valenciano, influenciado por el realismo parisino, fue premiado con una beca que le permitió viajar a Roma para estudiar en la Academia Española de Bellas Artes donde estudió junto con otros autores españoles como José Benlliure.
Las obras de Sorolla
En general, la obra de Sorolla se caracterizan por la luz que desprenden y es que el pintor valenciano utilizaba el blanco como color principal de sus obras. Su estilo vanguardista representaba inquietudes del momento tanto a nivel cultural como social.
Los cuadros de Joaquín Sorolla son, sobre todo, playa. A Sorolla se le conoce como el autor impresionista español más importante. Su temática estaba basada en el mar y en las costumbres y tradiciones regionales. La arena, el agua, el cielo, las prendas blancas, los trajes regionales y la decoración valenciana son las claves del trabajo del autor.
Fue uno de los artistas más activos, de ahí su amplio legado. Influenciado por su amigo, Vicente Blasco Ibáñez trabajó con temáticas sociales denunciando la situación de la época. Su éxito lo llevo a recorrer España y también Estados Unidos donde pintó un conjunto de murales que a día de hoy se pueden seguir visitando en la Hispanic Society of America.
Si algo le gustaba a Sorolla era capturar los momentos de los más pequeños en las costas valencianas. Pero su biografía recoge títulos en los que también aparecen adultos. Las siguientes son algunas de sus obras más famosas:
- Paseo a orillas del mar. Quizá es su obra más conocida. En ella aparecen su esposa e hija, vestidas de blanco, paseando por la orilla de la playa, por ello no faltan los efectos lumínicos. El lienzo se encuentra en el Museo Sorolla de Madrid.
- La hora del baño. El título no lleva a engaño, de nuevo el mar como protagonista. El lugar, una playa de Valencia, y los personajes principales, niños acompañados por su cuidadora. Una situación cotidiana característica del siglo pasado que destaca por los reflejos que desprende la arena mojada y la potencia de los rayos solares. ‘La hora del baño’ puede visitarse en Madrid.
- La pesca. Como se ha nombrado anteriormente, Joaquín Sorolla hizo una ruta por España. Esta obra, ‘La pesca’, es prueba de ello ya que representa una escena común del pueblo de Ayamonte,
- Huelva. Este cuadro, pintado en 1919, se encuentra en la exposición de Sorolla en Hispanic Society of America.
- Gruta del jardín en Sevilla. Se trata de otro cuadro, muestra del viaje de Sorolla por la geografía española. Con temática rural el cuadro presenta un jardín de los alrededores del famoso del Real Alcázar de Sevilla. Se puede visitar en Madrid.
La luz de Sorolla
En definitiva, si hay un autor que se caracterice por la luz, ése es Joaquín Sorolla. El pintor valenciano huía de los colores oscuros y apostaba en cada pincelada por la luminosidad. Joaquín Sorolla tenía una apuesta fija en sus obras y era la luz. Una luz inigualable por cualquier otro pintor que terminó convirtiéndose en su marca propia.
La luz natural se apodera de la mayoría de sus obras para interpretar sobre el lienzo los matices y efectos lumínicos característicos de la costa valenciana, donde él residía. Posteriormente también recreó otras costas y paisajes españoles que requerían del color blanco para su representación.
El juego de luces lo conseguía gracias a las prendas blancas y los tonos claros del mar y la arena. Los reflejos de los blancos sobre las olas multiplicaba la luminosidad de los lienzos que aún hoy parecen reflejar luz propia.
Por todo ello, Joaquín Sorolla es internacionalmente conocido como ‘El pintor de la luz’.
Equipo documentalistas de AntiguoRincon.com
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