El tenis, conoce la vieja historia de este deporte

15 mayo 2021

 

Los juegos de pelota son antiquísimos. Son juegos o rituales “jugados” que están documentados en casi todas las grandes civilizaciones y culturas. La pelota vasca, el frontón, el padel y el tenis compartirían raíces grecorromanas. Las particularidades del tenis, la red y la raqueta, respecto a los deportes similares mencionados serán los hilos de los que tirar para conocer el origen y la historia de este popular deporte, practicado en un principio solo por la aristocracia y ahora por cualquier aficionado o deportista amante de este deporte.

 

Para conocer el origen histórico del tenis, tendremos una pista en la etimología: la palabra raqueta viene del árabe rahat. Decíamos que la práctica de la pelota impulsada con la mano como juego se dio en el entorno occidental o grecorromano. Sin embargo, el origen del término en español que denomina a algo tan fundamental para el tenis como es la raqueta estaría en el mundo islámico. Entre los siglos VIII y XIII se da la mayor expansión del Islam por Europa y los musulmanes adoptarán ese juego también en sus cortes. Otros historiadores recuerdan que en la antigua China había un deporte con raquetas y red desde los inicios del país como cultura dominante en la zona, aunque se consideraría más el origen del badminton.

 

 

En la Edad Media el precedente remoto del tenis aparece como un juego tranquilo, para jugar en los claustros de los monasterios. Así se ha comprobado desde el siglo XI. Los monjes se pasaban una pelota de tela impulsándola con la palma de la mano. Cuando se sofisticó el juego con la idea de impulsar la bola con unas paletas de madera se empezó a llamarlas “raquetas” por rahat que quiere decir palma de la mano en árabe. De los monasterios pasaría a palacios, tanto cristianos como musulmanes, resultando un gran divertimento para cortesanos.

 

Acercándonos al verdadero origen del tenis tal y como hoy lo conocemos, deberíamos hablar de la Inglaterra y la Francia de los siglos XVI y XVII. La tradicional rivalidad anglo francesa también se aprecia en la historia de este deporte. El mismo Shakespeare menciona al tenis varias veces en sus obras. En la célebre obra Enrique V vemos como el rey inglés presiona a los franceses para que le concedan la mano de la hija del monarca francés y así aspirar a unir la corona gala a Gran Bretaña. La respuesta de los franceses fue clara: le regalaron una caja de pelotas de Jeu de paume y sutilmente le indicaron que lo suyo era el tenis y no los temas europeos de Estado.

 

Para los ingleses era el juego de la realeza, por eso lo llamaban Royal Tennis y para los franceses resultaba más un juego cortesano o callejero (practicar en la calle) en las villas, por eso lo llamaban simplemente, «Jeu de paume», juego de la palma (de la mano). El juego de pelota y mano hizo furor por toda Europa y se han podido documentar la creación de reglas para este “primitivo” tenis en la misma Francia, en Italia… serían el ‘Tratatto del Giocco de la palla’ de Antonio Scainio.

 

Las numerosas versiones, reglas y modalidades del juego de mano, del tenis, hacen impreciso su verdadero origen. Todas las menciones anteriores son aproximaciones, no cuentan con el rigor histórico suficiente. Por eso nos tenemos que ceñir al consenso de los historiadores y fijar el tenis moderno en la aparición en escena de un militar británico, el comandante Walter Compton Wingfield. En 1874 este militar se fijaría en las reglas del Badminton, que a su vez las recogía de un antiguo juego chino, para idear los principios y la normativa de un deporte que denominó sphairistiké (“juego de pelota”, en griego). Las normas tuvieron éxito, gustaron y fueron acogidas sin problemas, pero el nombre era tan complicado de pronunciar que los aficionados siguieron llamándolo “tennis”.

 

Un detalle curioso, recogido por investigadores recientemente, habla de un emigrante español en Inglaterra (llegó con 17 años), Juan Batista Augusto Parera, que junto a su amigo y mentor, otro militar británico, el Mayor Harry Gem, fueron los que realmente inventaron el tenis moderno quince años antes que Compton, en 1859 en Birmingham. Se basan en que son los fundadores en 1872 del primer club de tenis, el Royal Leamington Spa lawn tennis club.

 

 

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