El retrete y su curiosa historia

20 enero 2024

Todos hemos necesitado ir al WC. Del inglés viene su aséptico nombre, reducido a unas siglas: W.C. (Water Closet). La traducción más correcta sería cuarto de baño o de aguas. El uso del retrete se refiere, en concreto, al asiento de las «partes nobles» para hacer aguas menores o mayores. Un asiento que es toda una evolución dentro de la ídem de la humanidad. Es decir, pasar a estar sentado fue un logro en salubridad porque antes, en la prehistoria, el sistema era ponerse en cuclillas. Lo que no evitaba mancharse por las piernas y manos.

Así entenderemos que el váter o retrete, sea tan viejo como el mismo ser humano. Utilizar un simple hoyo en la tierra, sobre el que se colocaba un «trono» de madera agujereado debidamente; usar una piedra tallada con un agujero en el centro o un refinado asiento de loza, serían recursos de higiene usados por distintas civilizaciones y en diferentes épocas. Un dato curioso sobre la evolución del “excusado”, otra manera de llamar al retrete, es precisamente la sensación de pudor que hemos tenido durante las distintas épocas. Si es muy pudoroso, en la Roma Antigua no habría podido evacuar codo con codo al lado de otro usuario del retrete.

Breve historial del padre del retrete, el orinal

Para no remontarnos muy atrás, deberíamos obviar al «padre» del retrete, el orinal, y no entrar en el largo debate histórico sobre si es o no es el origen del váter. El orinal como utensilio doméstico está en disputa su invención por egipcios, griegos y romanos, pero a nuestro entender no tiene tanto mérito como origen del “sanitario”. Al fin y al cabo, el orinal no deja de ser un gran plato o vasija ancha y no muy alta que contiene los deshechos pero ni los oculta ni los deshecha.

De todas formas, haremos un breve repaso a los orinales como herramienta para las necesidades urgentes. Piezas domésticas que llegaron a tener tantas formas como materiales con los que fueron realizados. Usados por todos, desde la población más humilde a los reyes y nobles, los orinales acabaron siendo obras de arte suntuario. Algunas piezas de orinal se realizaron con todo lujo de detalles, usando metales preciosos como el oro y la plata, o cerámica cuidadosamente esmaltada con dorados y vidrios. En el complejo palaciego de Versalles no existió nada parecido a un retrete, las 5000 personas que lo habitaban, entre nobles, criados y guardias, utilizaban miles y miles de orinales, cada uno de factura acorde con su destinatario.

Un primo hermano del orinal, el bacín o bacinilla fue muy popular desde la Edad Media hasta casi llegar a nuestros días. Los bacines eran esféricos y casi siempre de metal, también usados por los barberos para sus sangrías. En el Quijote, Cervantes hace de un bacín de barbero, que también podían ser usado para vaciar orines, casco guerrero del caballero de la triste figura, el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

 

 

El origen del retrete o váter según lo conocemos hoy, con el sifón inodoro

El inodoro más parecido al que usamos hoy día parece tener un origen poético. Un tal John Harington, en 1597, poeta de las islas británicas, ideó un sillón para encajar el orinal de loza conectado a una válvula que llevaba las aguas fecales a un pozo.

Se tiene constancia que el invento gustó a Isabel I, que lo mandó instalar en su palacio de Richmond. En la campiña británica aún llaman John al excusado. Sin embargo, el disfrute de tan genial invento, un prodigio de la tecnología, no sería generalizado hasta casi finales del siglo XIX.

El inventor que patentó el sistema hidráulico de cisterna, tubería de codo y sifón(lo que permite un depósito sin oloresinodoro), fue el relojero escocés, Alexander Cumming en 1775. En nuestra opinión, su invento de la tubería en forma de S, que evitaba subir los malos olores a las casas, está entre los grandes avances de la tecnología humana.

 

El dato curioso de esta historia: el WC (retrete) tiene un Día internacional

Aunque les parezca mentira o una frivolidad, el retrete para sus necesidades más perentorias también tiene un Día Internacional. Es el 19 de noviembre, Día Mundial del Retrete o del inodoro. Pocos medios de comunicación en el mundo suelen recoger la noticia. Sobre todo si coincide con una efeméride importante, como fue el caso de España el pasado 19 de noviembre de 2019, con el cumpleaños bicentenario del Museo del Prado, fundado un 19 de noviembre de 1819

Sin embargo, esa fecha internacional del inodoro tiene un lado muy serio. Más allá de la curiosidad divertida, conocemos su importancia cuando se analiza desde el punto de vista del organismo internacional de la ONU que hace balance anual de la situación de higiene mundial. Los informes de estos últimos cinco años denuncian que unos mil millones de personas en el mundo no tienen un váter para hacer sus necesidades.

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